miércoles, 27 de abril de 2011

Sólo eso me hace falta

Él me daba la mano y no hacía falta más, me abrazaba para sentir nuestros cuerpos. Más que besarme, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, él me daba la mano y eso era amor...

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A veces hay un baile de silencios entre tu cuerpo y mis abrazos.
Entonces me gusta ir corriendo a buscarte al abismo de tus sueños y darte la mano y explicarle a tu voz que se esconda y no salga. Que están celosas la tormentas, los almendros y las flores. Y te pido que te quedes así, quieta y callada. Que me dejes mecer tu cuerpo de trigo con mis palabras hechas de aire y de besos; y estar siempre así, pegado a tus suspiros, dentro de tu alma, mirándote en tus ojos que no me dejan mirar nada más.
Y llenar tu labios de sueños y llevarte besos de jengibre y bailar al ritmo de los silencios que habitan entre tu cuerpo y mis abrazos.
Y mientras tanto, hasta que pueda entrar en tus sueños, te seguiré cuidando desde la distancia, pensándote, mi Pequeñaamelie, mis manos, mi aliento, mi amor, mi primavera.
Buen viaje, buena viajera.