martes, 8 de noviembre de 2011

El amor, creía ella, debía llegar de repente, con grandes destellos y fulguraciones, como huracán de los cielos que cae sobre la vida, la trastorna, arranca las voluntades como si fueran hojas y arrastra hacia el abismo el corazón entero. No sabía que, también, en la terraza de las casas, la lluvia hace lagos cuando los canales están obstruidos y hubiese seguido su vida tranquila de no haber descubierto de repente....una grieta en la pared...

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